Han pasado casi 20 años desde la primera película de la saga “X-Men”, una franquicia que ha estado llena de altos y bajos, de grandes películas y otras que deben, por el bien de todos, quedar en el olvido. “Logan”, sin embargo, entra en la primera categoría, siendo uno de los puntos más altos dentro de las producciones basadas en comics.
Hoy, a dos décadas de haber tomado el papel de Wolverine, Hugh Jackman se despide en grande. “Logan” logró, y disculpen la odiosa comparación, lo que The Dark Knight (Christopher Nolan) trajo en su tiempo; cómo hacer una buena película de superhéroes.
James Mangold, el director de la que será la última película de Jackman como el mutante y el cierre de la trilogía sobre el personaje, dio cátedra a aquellos que piensan que una película adulta y seria sobre personajes salidos de historietas debe tener una paleta de colores oscura, subtramas complejas que irán desarrollándose durante las próximas secuelas, solamente para sacar más y más dinero a nuestros héroes de infancia.
Mangold nos presenta un drama con tintes de género Western, mostrándonos a un Logan envejecido, cansado e intentando escapar de todos esos días de ser héroe y salvar el día, mientras tiene a su cuidado a un senil Charles Xavier (Patrick Stewart). Sus vidas cambiarán cuando conozcan a Laura (Dafne Keen), embarcándose en una última misión.
Creo que la mejor forma de resumir esta película, es escuchando la canción “Hurt” de Johnny Cash, tema utilizado en su primer trailer. Logan, antes de mostrarnos a nuestros personajes en grandes batallas con grandes efectos especiales, los enseña frágiles, dejándonos ver su parte humana, aquella parte que desea volver a empezar, mientras que el papel de Keen les da la vitalidad que estos antiguos X-Men perdieron hace mucho.
Aunque cueste decirlo, el mayor deseo que podemos tener una vez vista la película, es que ésta sea la última vez de Jackman y Stewart. Los dos realizan las mejores interpretaciones que hayan podido hacer de sus dos personajes. Logan, hastiado de la vida que ha tenido, intenta ser esa persona dura que conocimos en un inicio, aun cuando es más difícil soportar las heridas que recibe, sean físicas o psicológicas. Por su parte, Charles Xavier ya no es ese líder que unía a todo el equipo, ahora es un anciano frágil, sigue siendo sabio, pero es claro que el paso del tiempo también le rindió cuentas al Profesor X.
Mientras tanto, Dafne Keen se suma a la lista de estos nuevos talentos en la actuación, conectándose con el resto de protagonistas, sin contar con grandes líneas. Su manera para comunicarse es usando una mirada penetrante, que refleja a la perfección su papel; una máquina diseñada para asesinar pero, dentro de todo, una niña.
También debemos decir que Boyd Holbrook remarcó una vez más por qué es un actor en acenso, realizando un papel amenazante, que funciona perfectamente para la historia, alguien que va pisándole los talones a nuestros protagonistas cada vez que sentíamos que habría un descanso para ellos.
Lo mejor que pudieron hacer es omitir todo el enredo temporal que tiene 20th Century Fox con su saga sobre los mutantes. “Logan” es independiente, no es necesario ver todas las producciones anteriores para conectarse con la trama. Además, fue un acierto el producir una película con una calificación más alta, lo que permitió agregarle esa violencia cruda que se merecía la cinta, sin cruzar la línea del morbo y lo absurdo.
Agresiva, cruda, pero también humana y nostálgica, el filme es el cierre perfecto para el personaje, algo que, sin dudas, influenciará a futuras entregas. No me refiero a que todos hagan de las historias un Western como “Logan”, si no el hecho de saber cómo hacer una buena película basada en comics. Simplemente se debe entender al personaje, no todos pueden ser oscuros y grises como Batman, tampoco todos serán agresivos, viejos y melancólicos como esta versión de Wolverine. Cada uno tiene la esencia que le corresponde, su contexto, su historia y sus motivaciones, es tiempo de dejar querer ponerle el sello de un héroe a otro, cada uno tiene su fórmula y, si se comprende y se realiza bien, será exitosa y generará mucho dinero, lo que lamentablemente es el interés de quienes desarrollan estas producciones.