Dario Argento es uno de los productores y guionistas de cine de los ochenta que nos trae una joya la cual tiene todo lo que nos gusta, un cine, posesiones demoniacas, zombies, una armadura samurai y un soundtrack que pasa desde el heavy metal hasta el synthwave. La premisa es genial en su simplicidad:
[su_box title=”Sinopsis” style=”glass” box_color=”#a63839″ title_color=”#ffffff” radius=”4″]Sharon y Katie asisten a la proyección de una película en el cine Metropol, en Berlín Occidental, tras ser invitadas por un hombre con el rostro cubierto por una máscara de metal. En el filme, un grupo de jóvenes profana la tumba del vidente Nostradamus y descubre una máscara con poderes sobrenaturales que actúa contra ellos. Expuesta en el mismo cine hay una reproducción de la máscara que se puede ver en la película. Una de las espectadoras se la prueba y se rasguña con ella. De la herida empieza a manar un pequeño reguero de sangre que no tiene fin. La chica inicia así una metamorfosis que la convierte en un monstruo. Otros espectadores parecen afectados por la misma maldición, que los transforma en seres demoniacos, los cuales atacan al resto de asistentes a la proyección. Estos intentan huir, pero descubren que el cine no tiene salidas. [/su_box]
El film tiene ciertas pistas en la narrativa de un juego de contraposición en hecho ficcional y el real, dando paso a una contraposición de planos narrativos al menos interesante, en síntesis, la película que los personajes observan y su propia realidad. Uno de los ejemplos que tenemos sobre esto es el chico que reparte las entradas en la calle, que a la vez es uno de los actores de la filmación, cosa que en la cinta no se percatan, pero nosotros como espectadores si.
Otro detalle es que la gente suele confundir que la maldición proviene de la cinta, como si esta estuviera maldita, pero el caos empieza cuando una de las chicas se corta e infecta con la mascara, la cual si está maldita.
Si bien esto es el contexto para un regocijo de destrucción, violencia e infectados que se abren paso matando todo lo que camina para llegar a ver como nuestro héroe pelea con una katana, en una serie de escenas que representan la mayor parte de las películas clase B de estos años.
Si bien las ultimas escenas fuera del cine no son tan significativas, ya que el hilo argumental básico es el cine, alarga un poco mas el film, y trae mas victimas para los demonios. En cuanto a maquillaje es bastante crudo, como toda película de los 80 se debe valorar los detalles y la búsqueda visual de crear un impacto en el publico, los efectos especiales no son gran cosa, pero están presentes.
Se ha criticado bastante el final ya que poco tiene que ver con el terror que sucede dentro del cine mismo, pero también se puede interpretar como una distracción del caos que sucedía afuera de este.
Resalto la escena del héroe con la moto y la katana como un ícono glorioso de esta época que tantos films de culto nos ha dejado. El soundtrack es algo que rara vez vemos en el cine actual… Metal. Bandas como Accept, Saxon, Motley Crue y Scorpions.
Un poco de gore ochentoso para recordarnos como el maquillaje, zombies, demonios, metal y un heroe en moto, puede ser una joya.