Shingeki no Kyojin es un manga y posterior anime que ha marcado época como una de las obras más populares de los último años. La obra creada por Hajime Isayama supo tocar ciertos temas de forma magistral, sin embargo, en esta lista trataremos de explicar tres genialidades que convirtieron a Attack on Titan en el fenómeno de masas que es actualmente.
Historia planificada desde el inicio
Hajime Isayama planificó su historia desde los inicios del manga, algo que se puede apreciar si vuelves a ver la historia desde el comienzo tras saber las revelaciones importantes de la trama. Desde el primer ataque de los tirantes a la muralla María se pueden ver detalles que serán claves en la narrativa, la serie te plantea preguntas y todas parecen tener respuestas desde el inicio de la trama.
Se utiliza la fórmula de sembrar misterios, que poco a poco irán dando pie a teorías de los espectadores y posteriores revelaciones de impacto. A esta narrativa bien hilada desde el inicio debemos sumarle los excelentes personajes, algunos con arcos brillantemente escritos, llenos de matices, traumas y una evolución constante. Shingeki no Kyojin es una historia en las que puedes ver el descenso a la locura de personajes, pese a sus convicciones muy fuertes.
El Final de Shingeki no Kyojin
La temporada final es un eco que resuena con todo lo que hemos visto en la historia, un final tan épico como patético, no por ser malo, sino por ser el más doloroso de los escenarios. Los personajes son arrastrados por el fango y sus acciones toman más peso que nunca, cada detalle en la trama cobra sentido y el resultado es una obra magistral y cruel, como el final de Watchmen, algo que das gracias por haber visto pero que te produce ese vacío en el estómago de que todo lo que tenía que salir mal salió incluso peor.
Escribó esto a pocos de que se revele el final definitivo del manga, sin embargo, citando a Ramsay Bolton “Si crees que esto tendrá un final feliz, es que no has estado prestando atención”.
Isayama no es considerado por muchos como un gran dibujante, incluso sus diseños en el manga han abierto debates entre los fans, sin embargo, el hombre es un genio a su manera y sabe de sus limitaciones. Por momentos el manga no busca ser épico por sus dibujos sino por las emociones y expresividad que es capaz de imprimir en sus personajes, Shingeki no Kyojin es la historia de sus personajes, por encima de la acción o el misterio, y eso el manga lo maneja de forma brillante.
El sentimiento patriótico
Un elemento que Isayama trabajó en su historia fueron los elementos propios del sentimiento patriótico. Desde el inicio de la serie siempre están presentes las ideologías propias del amor a la patria, pero desde un punto de vista retorcido.
Los soldados son mutilados, masacrados y desechados constantemente. El concepto de la policía militar que se esconde detrás de las murallas es sumamente irónico, pues los mejores 10 cadetes son los únicos con privilegios para ir a esconderse tras los muros. La humanidad está “resignada” a una derrota histórica contra los titanes y el pesimismo permea en todos los ámbitos de la vida de los personajes.
Todo este patriotismo de Shingeki no Kyojin se ve manchado por el fanatismo religioso, la corrupción de las altas esferas políticas e incluso la nobleza. Sin embargo, allí aparece Erwin Smith, un personaje capaz de motivar a cualquiera, con una convicción férrea como el acero y un carisma notable. Erwin tiene mucho de los momento “Corazón valiente” más importantes de la historia del anime y sabe imprimir valor en un ambiente asolador.
La única razón por la que tienes fe en los protagonistas es por su fe en la humanidad, es conmovedor ver su lucha ante el terrible panorama. Oírlos hablar de sus sueños, verlos llorar por sus camaradas o incluso ver como se sacrifican por “el bien mayor” es desgarrador y hermoso, como una melodía fúnebre que transmite tristeza y melancolía.
La importancia de la música
Hablando de melodías hay que darle de comer aparte a los openings del anime, Linked Horizon brilló con luz propia y compuso algunos de los mejores openings de la historia. Cada canción imprime vértigo, emoción, ímpetu, vigor y patriotismo. Son canciones que funcionan casi como un himno, hacen que te vengas arriba y casi te quieras levantar del asiento y poner la mano en el corazón para jurar lealtad a la humanidad.
Este mensaje tan abrumador contrasta con la resolución tétrica y horrible del conflicto. Las muertes en Shingeki no Kyojin son sucias, lejos de la gloria y la fanfarria. Estamos ante una obra cruel pero que juega con el sentimiento de patriotismo y da una nueva capa de profundidad a su mensaje.
Los Titanes
Esta claro que los titanes fueron el concepto que llevó a Shingeki no Kyojin a la boca de todos. Es cierto que la narrativa de Isayama es buena pero, siendo sinceros, muchas historias son excelentes pero carecen de un “contexto” tan atractivo. Shingeki No Kyojin llegó en la época que los zombis nos tenían totalmente saturados, cada obra de ficción que salía tenía al menos una variante de muertos vivientes y la llegada de los titanes fue muy refrescante.
Los titanes además llegaron con caras perturbadoras, movimientos extraños y aspectos amorfos. Son criaturas tan grotescas como intrigantes y algunas peleas entre titanes vuelven a retomar el combate entre dos fuerzas de la naturaleza, algo que obras como Evangelion supo llevar al límite en los 90. Los golpes de los Eva pesaban, se sentían abrumadores y parecía que se caía el mundo cuando impactaban, los titanes recuperan esa brutalidad gracias a los excelentes trabajos de Wit Studio y MAPPA.
Pero Shingeki no Kyojin no se puede resumir en tres o diez puntos, estamos ante una obra que es mucho más que la suma de sus partes y que será muy importante de cara a las futuras generaciones. Cada quien valorará a la obra de Hajime Isayama de su particular manera y nadie esta 100% en lo correcto o equivocado, al final el arte se aprecia de forma subjetiva y cada quién es libre de interpretar esta historia a su manera, esta es solo otra opinión de un seguidor más.