Sony abandona los formatos físicos: ¿el fin del Blu-ray?
Sony ha anunciado oficialmente que dejará de fabricar soportes físicos de medios a partir de febrero de 2025. Este movimiento marcará el adiós definitivo a productos icónicos como los discos Blu-ray grabables, las cintas MiniDV y los discos MiniDisc. Según un comunicado de la división japonesa de Sony, no habrá modelos sucesores para estos formatos, consolidando así la retirada definitiva de la compañía de este segmento del mercado.
El anuncio se produce meses después de que Sony despidiera a cientos de empleados de su división de formatos físicos, un indicio claro de la transición hacia una estrategia completamente digital.
Adiós a los pioneros: MiniDisc y Blu-ray grabables
El MiniDisc, lanzado en 1992, fue una de las grandes innovaciones de Sony, prometiendo revolucionar la forma en que consumíamos audio. Con tecnologías como la compresión ATRAC y la protección antisaltos, el formato ganó popularidad en Japón pero no logró consolidarse a nivel global debido a costos elevados y competencia feroz. Aunque dejó de producir reproductores Walkman MD en 2013, Sony había mantenido la fabricación de discos vírgenes para los entusiastas del formato hasta ahora.
Por otro lado, los discos Blu-ray grabables, que en su momento representaron el pináculo de la tecnología de almacenamiento óptico, tampoco sobrevivieron al avance imparable de las alternativas digitales. Sin embargo, la producción de películas y videojuegos en Blu-ray continuará operativa, al menos por el momento.
Un golpe al mercado de soportes y formatos físicos
La salida de Sony de este mercado se suma al reciente anuncio de LG sobre el cese de producción de reproductores Blu-ray, dejando al formato en una posición aún más vulnerable. Aunque la distribución de películas y juegos seguirá activa, el mercado de los soportes físicos parece destinado a un declive irreversible.
El futuro es digital: la apuesta de Sony
Sony ha dejado claro que su visión está centrada en la digitalización total. Los servicios de streaming, el almacenamiento en la nube y las plataformas digitales han cambiado radicalmente la forma en que consumimos contenido. Si bien los formatos físicos aún cuentan con una base de coleccionistas leales, su viabilidad comercial está cada vez más cuestionada.
El fin de los soportes físicos también plantea preguntas sobre la preservación cultural y la propiedad del contenido. En un mundo dominado por licencias digitales y servicios de suscripción, los consumidores pierden el control sobre el acceso y la conservación de sus medios a largo plazo.
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