Cada vez más los teléfonos inteligentes están preparados para soportar la carga de juegos muy potentes, como ocurre con ejemplos como el Pokémon GO, Fortnite o Clash Royale.
Desde su salida al mercado a finales de la década del 2000, los teléfonos inteligentes han tenido en los juegos uno de sus grandes aliados. El poder jugar desde cualquier lugar a todo tipo de pasatiempos, gratuitos en su mayoría, es un avance tremendo para la industria, que ha seguido explotándolo desde entonces.
Así, poco a poco han ido llegando los grandes juegos que han marcado incluso una época. Pokémon GO es un claro ejemplo de ello, un videojuego que tuvo en sus primeros meses un tirón bestial y que gracias a sus nuevas actualizaciones sigue siendo uno de los más relevantes del sector de la telefonía.
Sin embargo, Niantic no es el único que ha visto el filón de los juegos en el móvil, algo que también supo leer a la perfección Supercell en su momento con su creación de Clash of Clans primero, y de Clash Royale después. Dos aplicaciones que tuvieron una aceptación impresionante, llegando incluso a crear vínculos en la sociedad.
Mientras tanto, este fenómeno de jugar con los smartphones también ha sido aprovechado por otros sectores como el de las apuestas. Los casinos online se han expandido mucho en este tiempo, consiguiendo recrear casi a la perfección las salas de juego físicas. Ahora hay ruleta o partidas de blackjack en vivo, además de una múltiple gama de máquinas tragamonedas de las que poder disfrutar con una simple conexión a internet.
Los esports también lo han aprovechado
Otro mundo que no se ha querido perder el avance de los móviles es el de los esports. Los deportes electrónicos, además de introducir algunos de los juegos más destacados para teléfonos inteligentes dentro de sus competiciones, ha visto como alguna de sus entregas de más nombre se expandían al mundo de los smartphones. Así, se puede disfrutar en el móvil de algunos como el Fortnite, Counter-Strike Global Offensive o League of Legends, por ejemplo.
Esto está permitiendo a los fabricantes de teléfonos inteligentes empezar a hacer diseños específicos para aquellas personas que pretenden usar la mayoría del tiempo su móvil para jugar, gente que dedica varias horas al día a estos y otros muchos títulos destacados. Baterías muy potentes, una pantalla con una calidad extrema o una velocidad lo suficientemente rápida como para soportar los gráficos de aquellos juegos que así lo requieran son sus características principales. Se trata de un movimiento que ya hubo en su día con los ordenadores, más preparados desde sus inicios para el trabajo, hasta que a partir del 2000 esa visión comenzara a cambiar y se crearan aparatos específicos para gamers.
En definitiva, los teléfonos inteligentes están empezando a cambiar su línea para crear una nueva que se acerque a los videojuegos. Las facilidades que supone el sacarte el móvil del bolsillo en cualquier lugar para echar una partida hacen que los smartphones sean las consolas del futuro, además de que esto viene unido en la mayoría de los casos un ahorro importante de dinero.