La desaparición de los ‘dislikes’ de YouTube pone de mal humor a los usuarios

La desaparición de los ‘dislikes’ de YouTube pone de mal humor a los usuarios

Recientemente se ha conocido, que YouTube ha eliminado la herramienta que permitía a los usuarios de la plataforma manifestar su descontento con tal o cual anuncio o video, los dislikes. De la noche a la mañana; sin previo aviso y sin anestesia, ha llegado el anuncio que ha dejado a los usuarios pasmados del asombro. 

 La impopular decisión de alterar el funcionamiento del dislike está enmarcada en medio de diversos cambios realizados por la plataforma en su sistema de valoración de vídeos. La medida, mantiene el botón de no me gusta, pero el recuento de estos solo será visible por la persona o empresa que haya hecho   el vídeo. 

Las explicaciones de YouTube a simple vista lucen poco sólidas, según estas, con la drástica decisión quieren frenar las oleadas de acoso o canales más pequeños que se ven afectados por las campañas de dislikes masivos. Lo que no están contemplando, es que en ciertos apartados y en especial en lo concerniente a los videojuegos este tipo de voto es una protesta legítima. 

https://youtu.be/kxOuG8jMIgI

El botón de dislike no desaparece del todo de YouTube, pero el recuento es privado 

Es común que la comunidad de usuarios emita su voto negativo con respecto a partes de un juego, evento, o cualquier acción que les disguste. Esta opinión individual que se convierte en colectiva es usada por las compañías para hacer la valoración de su producto y mejorarlo. 

En opinión de YouTube,  los usuarios son menos propensos a darle dislike a un video si no ven los de otras personas, este argumento parece ser el pilar fundamental sobre el que se sustenta la decisión de dejar de mostrar el recuento público de los votos. En otras palabras, eliminando el recuento público eliminas la tendencia de los dislikes masivos. 

Lo cierto es que lo que hace unos meses era una prueba de YouTube, hoy ya es una realidad. 

En síntesis, no desaparece el botón de dislike, estos ya no son públicos, se transforman en una retroalimentación a los videos y a las compañías. Conclusión: los de YouTube felices, los integrantes de las comunidades no tanto.  

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