En septiembre del 2020, el mundo de los videojuegos vivió un verdadero remezón tras la compra de ZeniMax Media y Bethesda por parte de Xbox. La legendaria compañía de videojuegos, propietaria de licencias como Fallout, The Elder Scrolls y DOOM pasaba a vestir la camiseta verde, transformando a futuros títulos en exclusivas para Windows, Xbox One y Xbox Series S/X.
Por eso resulta muy bizarro que una de las exclusivas más importantes de PlayStation 5 venga de la mano de la mismísima Bethesda. Y es que Deathloop se ha transformado en uno de los juegos más llamativos del año, representando a Sony en la eterna guerra de consolas.
Pero seamos sinceros, Deathloop no solo destaca por este tipo de anécdotas, Arkane Studios una vez más se ha sacado del sombrero un título que rebosa originalidad, gamelpay pulido y una narrativa más que interesante. Es una lástima que PS5 sea la única sobremesa con el honor de contar con uno de los mejores videojuegos del 2021.
La reinvención de la monotonía
El gran legado de la década pasada fue masificar los multiplayers a todos los rincones del mundo. Los lucrativos juegos online obligaron a las desarrolladoras a reinventarse en el éxito, descubriendo fórmulas que se alejaban de los ya ancestrales FPS y MMORPG. Primero llegaron los MOBA, después los Hero Shooter y más recientemente los Battle Royale. Esta verdadera revolución exigió reavivar la llama de los títulos single player para mantenerse con vida. Esto decantó en un fenómeno similar a la de sus contrapartes online, con juegos que comparten corrientes narrativas.
Deathloop es una ola más en el naciente océano de los roguelikes, un género con basta experiencia pero que fue popularizado gracias al soberbio Hades. PlayStation 5 se ha nutrido de éste gracias a Returnal y el más reciente éxito de Arkane.
Para aquellos más ajenos, los roguelikes se centran en la constante muerte y repetición de los escenarios. Lejos de ser en vano, en cada uno de estos bucles aprenderemos algo nuevo, algo que nos servirá para romper este círculo de nunca acabar. De esto es exactamente de lo que trata Deathloop.
En sus eternos esfuerzos por escapar de Blackreef, Colt Vahn deberá acabar en un solo día a quienes, poco tiempo atrás, fueron sus secuaces. Esta pequeña isla presenta una anomalía capaz de reiniciar el tiempo dentro de ella, borrando la memoria de aquellos que la habitan, a excepción un par muy particular.
Uno de ellos es el mencionado Colt, de quien tomamos control a lo largo de Deathloop. Sus esfuerzos por romper esta eterna cadena han sido constantemente arruinados por Julianna Blake, una misteriosa mujer que sabe mucho más que nosotros acerca de Blackreef. Ambos son integrantes del programa AEON, que busca mantener la constante repetición diaria dentro de la isla.
Para lograr nuestro objetivo debemos eliminar a los demás integrantes de AEON, un grupete genios incomprendidos cada uno más torcido que el anterior. Pero nuestras 8 víctimas deben ser aniquiladas en solo 24 horas, un objetivo que de primera mano resultará imposible. Es ahí en donde entran los loops, pues al final de cada día el bucle se reiniciará y tendremos hallar formas de juntar a cada uno de ellos para lograr nuestra meta.
Gran parte de la narrativa de Deathloop gira en torno a textos y mensajes de voz, por lo que la lectura es obligatoria para entender la totalidad de la trama (a que no te gustó esto último eh, generación de cristal).
A pesar de esto, contamos con grandes actuaciones. El carisma de los personajes, especialmente Colt y Julianna, es desbordante, y la química de ambos, sensacional. Si bien el diálogo directo entre ambos no abunda, las pequeñas secciones en donde se comunican vía transmisor son geniales, dándonos a entender de que la relación entre ambos no solo se limita a la tecnicidad del programa AEON.
Lo mismo pasa con los demás agentes, cada uno con sus virtudes y muchos, pero muchos defectos. La narrativa de Deathloop no nos ahoga con un lore extenso ni grandes compendios para saber que está pasando. Solo basta con unas cuantas notas y mensajes de voz para meternos de lleno en Blackreef y sus descabellados habitantes.
¿De verdad esto es una exclusiva next-gen?
El día en Blackreef se divide en cuatro: Mañana, mediodía, tarde y noche. Dentro de esas cuatro franjas podremos recorrer una de las 4 zonas principales de la isla, en las cuales se encuentran nuestros objetivos a asesinar. No todos pulularán en el mismo lugar todo el día, e incluso algunos se juntarán en ciertos periodos. Es en esas instancias donde podremos acabar con más de uno a la vez y cumplir nuestra misión de acabar con los 8 chiflados en 24 horas.
Para eso, contaremos con un arsenal de armas y habilidades que servirán para acabar con cada uno de ellos. Los bloques son poderes especiales que nos otorgan cada uno de estos personajes al morir, los cuales nos permitirán, entre otras cosas, teletransportarnos, hacernos invisibles e incluso lanzar a nuestros enemigos por los aires.
El armamento no es escaso, y las distintas modificaciones que encontraremos desperdigadas por la isla tampoco. Arkane Studios nos brinda la posibilidad de armar a Colt de variadas formas dependiendo del estilo de juego que más se nos acomode. Por ejemplo, a mi se me facilita el sigilo con habilidades que me permiten trepar, armas con silenciador y mejoras que me permiten disparar de forma más certera. Si lo tuyo es la acción estilo Rambo, también puedes equiparte con habilidades explosivas y bloques que nos transforman en un verdadero monstruo. Hay Deathloop para todos.
Como buen roguelike, no podemos llevarnos todos nuestros objetos al siguiente bucle, por lo que debemos ser sabios a la hora de escoger con cuál quedarnos. Para eso, el juego cuenta con su propia moneda, llamada residuo. Éste se obtiene al matar a nuestros objetivos, y también se impregna en distintos objetos de cada locación. Cuando volvamos a nuestra base podremos imbuir los objetos que queramos que permanezcan con nosotros para siempre o sacrificar los que no deseemos a cambio de más residuo.
Pero hey, esto no es nada que no hayas experimentado en otros videojuegos, y esto es uno de los principales puntos negativos de Deathloop. Nada de lo que hemos visto justifica que el título sea exclusivo de PlayStation 5, pues perfectamente podría correr en la vieja y querida PS4, restringiendo esta experiencia a muchos gamers que aún no pueden hacer el salto a la nueva generación.
Gráficamente tampoco presenta grandes argumentos, y es que Deathloop tampoco es un portento visual. En PS5 el juego presenta tres modos: Rendimiento, Calidad Visual y Trazado de Rayos. Este último activa el tan popular Ray Tracing, con una calidad que no supera incluso a lanzamientos de la generación pasada como The Last of Us Part II y God of War. Eso sí, el modo rendimiento nos permite jugar a 60 cuadros por segundo, siendo la modalidad recomendada para un título con este nivel de frenetismo. Al menos la línea gráfica de Arkane Studios se hace notar mucho, con un estilo deco muy propio de los años 40/50/60 que se aprecia en la arquitectura, armamento y vestimenta de cada uno de los personajes.
No todo es tan malo, pues Deathloop aprovecha una de las grandes bondades de PlayStation 5, su control DualSense. Su magnífico uso de los gatillos nos hace sentir cada disparo de forma distinta. No es lo mismo el fuego de una metralleta con uno de escopeta, pues el botón R2 se trabará y moverá de forma distinta, dependiendo del arma. La vibración háptica también hace gala, con sutiles toques mientras caminamos y violentas vibraciones en el fragor del combate. Por último, el parlante interno el DualSense es imprescindible para escuchar cada nota de voz y sonido que salga desde nuestro trasmisor portátil. Sony quiere que el hardware de su control sea una extensión más de sus juegos y lo ha logrado de forma sublime.
Si de sonido hablamos, Deathloop se luce con una banda sonora basada en rock instrumental muy 60’s y bajos que evocan misterio. Es muy entretenido como en cada batalla suenan ritmos sicodélicos, los cuales tienen una obertura cada vez que termina una pelea. El doblaje de los personajes también está muy bien logrado y las armas logran su cometido, sin destacar demasiado.
Sin duda la característica jugable más llamativa de Deathloop reside en Julianna. La “antagonista” del juego nos invadirá una vez al día para impedir que rompamos el bucle. Esta puede ser controlada por el mismo juego, pero también por otros jugadores que deseen irrumpir nuestra sesión de juego. Inevitablemente tendremos que enfrentarla, pues debemos piratear una antena que nos prohibirá volver a nuestra base, la cual estará custodiada. Nosotros, lógicamente, también podemos tomar el rol de Julianna e invadir a otros jugadores, dándonos la opción de equiparla con poderes, armamento, e incluso subirla de nivel. Si bien no es un modo al que le dediquemos muchas horas de juego, si es bastante simpático arruinarle el bucle a otros players.
Es una lástima que las batallas contra nuestras 8 víctimas no sean tan emocionantes como las de Julianna. Estas no se sienten importantes, como si de una batalla contra un jefe se tratara. Muy por el contrario, los integrantes de AEON no se diferencian en casi nada con un NPC común y corriente, resistiendo un poco más a nuestros ataques, eso es todo.
En conclusión
Deathloop
Ser un exclusivo de PS5 bajo el mando de Xbox no es lo único bizarro en Deathloop, su descabellada historia e innovadora jugabilidad lo alzan como uno de los juegos más originales del año, pese a no justificar su ausencia en consolas de antigua generación.
PROS
- Una muy original forma de contar su historia
- Su sistema de franjas horarias
- Invadir y ser invadido por otros jugadores
CONS
- No justifica ser un exclusivo next-gen
- Gráficamente no impresiona