A través del Moscow Times, se supo que tres adolescentes rusos han sido condenados a pagar prisión por algo inverosímil. Los cargos que se le imputaron pasan por diseñar un plan para volar un edificio federal ruso que habían construido en Minecraft.
El arresto de los adolescentes ocurrió en 2020, cuando apenas contaban con 14 años de edad por poner carteles en un edificio de la Federal Security Services. Esto ocurrió en la localidad de Kansk, Siberia.
Los pasquines que portaban los jóvenes tenían la siguiente inscripción: “el FSB son los verdaderos terroristas”. La detención llevó a algunas averiguaciones en las que se supo que los tres adolescentes identificados como Nikita Uvarov, Denis Mikhailenko y Bogdan Andreyev; apoyaban la causa de Azat Miftakhov un conocido anarquista que purga condena de seis años en la cárcel.
Adolescentes habían diseñado un edificio de Minecraft
En los móviles de los adolescentes, las autoridades rusas encontraron videos en los que los detenidos preparaban bombas caseras; y en uno de ellos se ve como lanzan una bomba molotov contra una pared.
Otro dato curioso de la historia es que hallaron un plan en el que presuntamente; los acusados pretendían volar un edificio del FSB en Moscú que habían diseñado en Minecraft.
Ante las evidencias, los adolescentes se les declaró culpables de entrenamiento con el propósito de llevar a cabo actividades terroristas. Dos de ellos están en régimen de arresto domiciliario al haberse declarado culpables. El tercero fue recluido en un centro penitenciario y desde allí ha denunciado que fue sometido a presión mental y física para hacerlo confesar.
Al parecer se filtraron algunas declaraciones hechas por este tercer adolescente en las que puede leerse lo siguiente:
“Tenía el deseo de aprender algo, me gusta aprender cosas sobre física…No soy un terrorista, no soy culpable. Me gustaría terminar mis estudios e irme de aquí, donde no irrite a los servicios especiales”.
El autor de estas palabras enfrenta una condena de cinco años de prisión y los otros dos penas que van de tres a cuatro años. Una de las madres dijo algo que roza la cordura. “Siempre sabía dónde estaba, incluso cuando hacían esas bombas. Pero eran bombas pequeñas”.
Mientras hacía la nota hubo cosas que no dejaron de sorprenderme, por eso quiero preguntar a los lectores. ¿Qué le resultó lo más curioso de esta historia?
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