Star Wars: Episodio VIII – Los Últimos Jedi, es la segunda parte de la nueva trilogía creada por Disney en el universo de la Guerra de las Galaxias, y forma parte de la primera trilogía que no ha contado con la participación de George Lucas, la mente maestra de las ya legendarias películas. En su lugar, la batuta ha pasado de las manos de J.J Abrams (quien fue el encargado de iniciar esta nueva tanda de películas con Star Wars: Episodio VII – El Despertar de la Fuerza) a Rian Johnson.
Los Últimos Jedi corren con la suerte de continuar la historia que vimos en el Despertar de la Fuerza y servir como puente hacia Star Wars: Episodio IX, el episodio que concluirá esta trilogía. Star Wars: Los últimos Jedi se encuentra en medio de la delicada posición que sufren todas las secuelas de Star Wars, vivir a la sombra de la magnífica Star Wars: el Imperio Contraataca.
Los Últimos Jedi hacen algunas apuestas interesantes y expande la historia hacia lugares inauditos mientras que nos ofrece una aventura con varios elementos (nuevos y clásicos).
Los últimos Jedi nos transporta a una galaxia muy, muy lejana donde la resistencia ha logrado deshacerse de la base Starkiller, la terrorífica arma de la Primera Orden, pero ahora deben huir de su propia base si desean sobrevivir.
En un esfuerzo para restaurar la esperanza en las menguantes fuerzas de la Resistencia, la joven heroína sensible a la Fuerza, Rey (interpretada por Daisy Ridley) se embarca en un viaje para encontrar al legendario Jedi, Luke Skywalker (Mark Hamill). En busca de consejo y entrenamiento pero también intenta convencer al viejo maestro Jedi de que regrese a la lucha.
Por su lado, la General Leia Organa (Carrie Fisher), trabaja con los otros líderes de la Resistencia para escapar de la Primera Orden y vivir para luchar otro día. En un intento para ayudar a la Resistencia, Poe Dameron (Oscar Isaac), Finn (John Boyega) y la recién llegada Rose Tico (Kelly Marie Tran) se embarcan en una misión propia que involucrará viajar al extravagante planeta de Canto Bright. El Líder Supremo Snoke (Andy Serkis) y el resto de las fuerzas de la Primera Orden, comandadas por el General Hux (Domhall Gleeson), están en una cacería implacable para acabar con la Resistencia, quedará en manos de nuestros héroes salvar el día y asegurarse que sobreviva la chispa de esperanza que reside en el seno de la rebelión.
Cuando Abrams revivió la saga principal de la Guerra de las Galaxias con El Despertar de la Fuerza en el 2015, el director se encontró con la tarea de continuar una historia que, para todos los efectos, había concluido.
Sin embargo, el cineasta fue capaz de envigorizar la franquicia utilizando las nuevas tecnologías mezcladas con los personajes y dinámicas clásicas que hicieron que los fans llenarán las salas de cine y convirtieran al Despertar de la Fuerza en un gigantesco éxito de taquilla pero generando fuertes criticas entre los fans más acérrimos que acusaban a Disney de hacer un soso remake de la película original.
Ahora, el director de Los Últimos Jedi se ve ante una tarea aun más difícil, para continuar las historias de los héroes de ambas generaciones de una manera atractiva y convincente. Por suerte, Johnson nos ofrece una historia que contiene los clásicos temas de esperanza y del bien contra el mal, ofreciendo mucho desarrollo para el personaje de Rey y algunos giros argumentales inesperados.
Pero lo que hace que Los últimos Jedi sea tan único dentro de la historia de la franquicia es lo grande que se siente y los altas que son las apuestas. Las fuerzas dispares de la Resistencia y de la Primera Orden (o cualquiera que sea el nombre que los lados del bien y del mal han tomado en esta oportunidad) nunca se habían sentido con tanta fuerza como en Los Últimos Jedi y la desesperación de los rebeldes es tangible durante toda la duración de la película. Estas desafíos preparan el escenario para una excitante pelea entre peso aplastante de un régimen opresivo y un grupo improvisado de rebeldes que pelean por lo que es correcto. Y aunque esto ha sido el tema recurrente de la Guerra de las Galaxias desde la trilogía original, el director ofrece a la audiencia una perspectiva más amplia del verdadero alcance de la guerra que están peleando los rebeldes.
Pero aunque el destino de la galaxia siempre se asoma constantemente en el fondo de Los Últimos Jedi, la película fija sus raíces en un poderoso drama entre los personajes – dirigido, por supuesto, por Rey.
La joven recolectora sensible a la Fuerza proveniente de Jakku está muy lejos de casa en el viaje que ha emprendido para aprender los caminos de la Fuerza, y Ridley logra traer encanto y heroísmo puro a su rol. Hamill, por fin regresa al Luke Skywalker para ofrecernos una versión muy distinta a la que recordamos – pero que es tan memorable que dejará a la audiencia satisfecha. Los otros dos miembros del nuevo trió de Star Wars, Finn y Poe, también tiene sus momentos para brillar. Aunque los personajes de Boyega e Isaac no tienen arcos argumentales tan impactantes como el de Rey, ellos continúan trayendo humor y carisma a la historia.
Desafortunadamente, Los Últimos Jedi no aprovecha al máximo a su elenco y varios personajes se sienten desfavorecidos en aras de no abarrotar lo que ya es una película de dos horas y media. Los últimos Jedi es sin duda la película de la Guerra de las Galaxia más ambiciosa en términos de alcance, elenco y duración, pero las diferentes líneas argumentales (que aunque están unidas temáticamente) se pueden llegar a sentir inconexas en ocasiones.
Aun así, Los Últimos Jedi es un producto de elevados valores de producción con un ritmo trepidante que ayuda a que la audiencia quede cautivada. Además, los con unos personajes y una rebelión que ya tiene una conexión con la audiencia y con los riesgos que se toma la película, es fácil no despegarse de sus asientos incluso cuando estamos saltando de un rincón a otro de la galaxia.
A pesar de no haber complacido a la mayoría de las audiencias, hay muchas cosas que vale la pena rescatar en Los Últimos Jedi. Johnson ha ayudado a llevar esta nueva trilogía de Star Wars a nuevos territorios y trae un montón de ideas frescas a la mesa, pero que también rinde honores a las películas originales. El escritor y director también ha creado escenas impresionantes y cuenta con una mano diestra para sorprender a la audiencia, así que no es difícil ver porque Lucasfilm le ha otorgado la oportunidad de dirigir su propia trilogía de Star Wars.
Johnson no solamente ha logrado rozar las estúpidamente elevadas expectativas que existen al dirigir una película perteneciente a la franquicia más grande de la historia, sino que ha logrado excederse en algunos aspectos. El Despertar de la Fuerza probó que la Guerra de las Galaxias seguía siendo vigente en pleno siglo XXI, pero dejo bajas expectativas entre los fans, esperemos que los resultados financieros de Los Últimos Jedi nos sigan brindando un Universo con grandes historias para contar para el final de la trilogía en Episodio IX donde, para alegría de unos y desdicha de otros, Abrams regresará como director.
https://www.youtube.com/watch?v=8vZb-NKekxo
