Con un inicio sangriento, mostrando el crudo asesinato de Glenn y Abraham, The Walking Dead se encuentra cursando su séptima temporada, en la que el grupo comandado por Rick Grimes (Andrew Lincoln) está bajo la gran amenaza de Negan (Jeffrey Dean Morgan), y su ejército de hombres y mujeres rudas, llamados The Saviors.
La visceral escena de ambos personajes siendo golpeados en sus cabezas hasta morir con un bate de béisbol con un alambre de púas alrededor, llamado Lucille, no sólo marcó a la audiencia de la serie de zombies, si no que, dentro del grupo de supervivientes, todos quedaron atónitos al presenciar la macabra acción.
Norman Reedus, actor que da vida al rudo pero amado Daryl Dixon, explicó al medio Entertainment Weekly, que su personaje siente la muerte de sus amigos como algo personal.
«Quiere venganza. Está preparado para luchar. Cuando regresa al final del último episodio y recupera sus cosas, era como: ‘Vamos! Vamos a destruir a ese tipo. Vamos a coger lo que es nuestro y luchar contra ese monstruo’. Así, ya sabes, está en el modo destructor. Siento que ha pasado todo ese tiempo en el agujero pensando en Glenn y Abraham. Él se lo ha tomado como algo muy personal, siente que es su culpa y que se merece todo lo que recibe. Ahora él está preparado para la venganza. Está preparado para matar a todos».
Después que Negan asesinara a Abraham (Michael Cudlitz), Daryl, en un estado de furia, golpea al líder de The Saviors, provocando que éste se desquitara masacrando a Glenn (Steven Yeun), hasta matarlo.
La serie de AMC, basada en el cómic homónimo, se encuentra en su común receso de mitad temporada, volviendo el 12 de febrero con los últimos 8 episodios de la 7ma temporada, donde podremos presenciar la unión de todos los grupos que se encuentran bajo el poder de Negan, llevando a cabo una rebelión en su contra.
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