Análisis de Dragon Ball Z Kakarot: Un kamehameha directo a nuestra nostalgia

Como cada año, Bandai Namco nos pone a disposición un nuevo videojuego de Dragon Ball, una saga gamer tan longeva como su anime. Este 2020 recibimos Dragon Ball Z: Kakarot, en el cual reviviremos las aventuras de nuestros personajes favoritos, condimentadas con un mundo abierto y mecánicas RPG muy bien logradas.

Historia

En Dragon Ball Z: Kakarot reviviremos las aventuras de los guerreros Z, desde la saga de los saiyajin hasta nuestras batallas contra Majin Buu. La mayoría de estos sucesos los hemos visto en la serie, a excepción de las misiones secundarias, de las cuales hablaremos más adelante.

Tal como en la serie de televisión, el juego cuenta con una estructura episódica. Al principio de cada uno se hace la ya clásica introducción del anime, con la música y su narrador, evocando esa nostálgica sensación de cuando vimos por primera vez Dragon Ball Z.

Pero no todo es historia y combate. En Kakarot recorreremos una variedad de mundos, como la Tierra y Namekusei. Estos planetas cuentan con enormes y diversas zonas, algunas juntas y otras separadas entre sí. Estos mundos abiertos están llenos de referencias al anime, en una dinámica similar al del viejo y querido The Simpsons Hit & Run.

Jugabilidad

Las primeras horas de juego son bastante confusas y hasta agobiantes. Gran parte del tutorial del juego lo pasaremos leyendo largas instrucciones acerca del funcionamiento del juego. A diferencia de otras entregas de la franquicia, Kakarot posee detalladas mecánicas, a la altura de un juego que se jacte de ser un buen RPG.

Para potenciar nuestros personajes podremos mejorar sus habilidades a través del típico árbol de habilidades e incluso adquirir nuevas cumpliendo desafíos específicos, los cuales terminan con una batalla frente a enemigos poderosos.

También contamos con un Tablero de la comunidad, los cuales “boostearán” nuestros ataques, vida, experiencia en combate, mayor efecto de consumibles e incluso nuestra suerte. Para rellenar nuestros tableros necesitamos Emblemas de Alma que, básicamente, son fichas que podemos coleccionar en base a los personajes que vayamos conociendo a lo largo de nuestras aventuras.

Una de las gracias de los tableros de alma es que podemos potenciar sus efectos, basándose en la afinidad que posean los personajes que pongamos uno al lado del otro. Por ejemplo, si ponemos juntos a la Banda de Pilaf obtendremos bonificaciones.

Con respecto al mundo abierto, este contiene un buen número de actividades que nos desviarán de la historia principal. Lo primero que nos llamará la atención es la cantidad de orbes que pululan por los cielos, tierra y mares de estas zonas. Estos orbes sirven como moneda de cambio para nuestras habilidades, por lo que constantemente estaremos capturándolos.

Algo curioso, es que también podremos cazar para recolectar carnes de animales, la que nos servirá para preparar platillos que nos otorgarán boosts permanentes y temporales. Cada animal recolectado (por no decir asesinado) se irá sumando a nuestro compendio, denominado Enciclopedia Z. También podremos pescar, teniendo a disposición distintos tipos de cebos, que nos permiten atrapar distintos tipos de peces. Estas son actividades que esperaríamos de un Red Dead Redemption más que de un Dragon Ball, pero que funcionan bastante bien.

Lo mejor de Dragon Ball Z Kakarot son sus misiones secundarias. Estas no solo sirven para sacarnos un rato de la historia principal, también agregan hechos que nunca habíamos visto en ninguna entrega de Dragon Ball. Dichos relatos no aportan tanto, pero sirven como un buen “fan service”, además de otorgarnos experiencia, objetos de valor y nuevos Emblemas del alma. Realizar estas misiones es algo fundamental, tanto para ampliar el nuestro conocimiento de Dragon Ball, como para potenciarnos en nuestra aventura.

La dificultad de las misiones, principales y secundarias, no es muy complicada, pero nos obligará a ocupar los distintos artículos que vayamos preparando, como pociones o platillos. Incluso agradeceremos el morir más de una vez, ya que esto nos obliga a replantear nuestras estrategias, ocupando todos los recursos que vayamos obteniendo en el mundo abierto.

Como buen RPG, Dragon Ball Z: Kakarot cuenta con un sistema de niveles. Este, más que nada, sirve para diferenciar nuestro poder con el de los rivales. Si bien podemos subir de nivel con misiones secundarias, no podremos “farmear” tanta experiencia como quisiéramos.

De hecho, la mayor parte del EXP recolectado lo obtendremos una vez que hayamos terminado partes de la historia principal. De esta forma, el juego subirá nuestros stats artificialmente, pero hubiésemos agradecido también realizarlo de forma orgánica.

El combate sigue la estructura del reciente Xenoverse. Con L1 podremos acceder a nuestra paleta de ataques, mientras que con R1 a los poderes de los compañeros que nos acompañen. Las peleas llegan a ser bastante, algo que se agradece en muchos juegos de Dragon Ball, con explosiones y luces por doquier. Esto se potencia cuando las peleas son de más de dos personas, en donde podremos ocupar a nuestros aliados para paralizar a nuestros enemigos, lo que nos permitirá acabarlos con nuestros devastadores ataques.

Los enemigos más poderosos de la saga cuentan con poderes gigantescos, de los cuales podremos escapar o sufrir sus consecuencias, por lo que, más que un juego de peleas tradicional, se trata de una aventura para un jugador en la que tendremos que enfrentarnos a temibles jefes.

Si bien no alcanza la genialidad de un Budokai Tenkaichi 3 ni un FighterZ, no tenemos mayores quejas en cuanto al combate, el cual básicamente consiste en atacar cuando nuestro rival esté desprotegido y cubrirnos cuando este empiece a atacarnos. Algo a criticar, eso sí, es que la cámara puede “volverse loca” cuando nos envían al piso o nos apegamos a una pared, haciéndonos perder la visión de nuestros rivales.

Nos hubiera gustado contar con algún modo de juego extra, pero solo tenemos a disposición la aventura de un jugador. Extrañamos la opción de retar a nuestros amigos con personajes a nuestra elección, pero también entendemos que muchos de estos poderes son demasiado desequilibrados para crear experiencias competitivas 1v1. Al fin y al cabo, el enfoque de Dragon Ball Z: Kakarot es su narrativa.

Por otro lado, la atención lo mal implementados que están los controles en importantes pasajes del juego. Más de la mitad de nuestra experiencia en Dragon Ball Z: Kakarot la viviremos recorriendo sus mundos abiertos, el problema es que la navegación por estos se hace bastante incómoda. Por ejemplo, a la hora de volar, ascendemos y descendemos con los botones R1 y R2, respectivamente. Esto resulta muy poco intuitivo, por lo que la pasaremos muy mal durante las primeras horas de juego, hasta que nos acostumbremos.

Aspectos técnicos

Otra decepción que nos hemos llevado es con sus gráficas. A pesar del buen modelado de sus personajes, estos están muy mal animados, lo que se hace bastante incómodo de ver, sobre todo a la hora en que hablan entre ellos.

En el mejor de los casos, los gráficos de Dragon Ball Z Kakarot cumplen los estándares de PlayStation 3, en el peor, parece un juego de PlayStation 2.

Por otro lado, su apartado sonoro es impecable. Las voces, en inglés y japonés, son espectaculares. A pesar de contar con diálogos pausados (como buen RPG), los actores de doblaje interpretan sus líneas con gran pasión, lo que lo hace bastante entretenido de escuchar.

Sus efectos de sonido no son nuevos, ya que los hemos escuchado por más de 30 años en la franquicia Dragon Ball. Las pisadas, sonidos al volar y los poderes que lanzamos impresionan y nos devuelven a nuestra infancia. La música, como siempre, es muy buena, con canciones de la serie que se han vuelto a componer, sin perder su esencia.

Los subtítulos, en latino, son muy fieles a los términos y nombres que se utilizaron en el doblaje original. Por ejemplo, las voces en inglés mencionan a la Spirit Bomb, mientras que en los subtítulos se traduce a Genkidama, apegándose a esta parte del mundo.

En conclusión

Dragon Ball Z: Kakarot

7.6 NOTA

Lo nuevo de Bandai Namco y CyberConnect2 nos relata de gran manera la historia de los guerreros Z, combinándola con elementos RPG y un mundo abierto bien logrado. Si pasas por alto sus fallas técnicas, tienes ante ti una gran experiencia Dragon Ball.

PROS

  • Sus misiones secundarias agregan nueva narrativa al lore de Dragon Ball
  • Historia muy bien contada
  • Gran calidad de las voces de doblaje
  • Detallado mundo abierto, plagado de referencias

CONS

  • Gráficos lamentables
  • Pocas opciones de juego

Puntos de Evaluación

  • Gráficos 5
  • Sonido 9
  • Jugabilidad 7
  • Duración 9
  • Historia 8
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