Análisis de DIRT 5: La línea de partida de la próxima generación

La nueva generación de consolas ya está aquí, y con esta el lanzamiento de sus primeros videojuegos. Uno que se une a la lista es DIRT 5, que posee el honor de ser el primer título de carreras next gen.

Lo nuevo de Codemasters trae de vuelta las frenéticas carreras off road, un modo historia protagonizado por dos de las voces más reconocibles en los videojuegos y un editor de niveles capaz de crear pistas de ensueño.

Voces conocidas y poco más

Una de las características más llamativas en DIRT 5 es su modo historia. Este es protagonizado por Nolan North y Troy Baker, los actores más famosos en la industria de los videojuegos. North se encarga de darle voz a Nathan Drake en la saga Uncharted, mientras que Baker ha hecho lo propio con Joel en The Last of Us. Ambos tienen la responsabilidad de guiar nuestra ascendente carrera en el campeonato DIRT, cuyos circuitos se distribuyen a lo largo del mundo.

Lamentablemente, sus participaciones se limitan a meros audios, pues estos personajes no tienen una caracterización física. Esto es una tónica del modo historia, cuya estructura reside en carreras y audios, repetitivamente. Sumándose a los actores, tenemos la oportunidad de escuchar un podcast cuyos invitados son corredores y creadores de contenido de la vida real; precioso detalle para los más conocedores de este deporte. Tanto hosts como invitados se encargan de informarnos acerca de nuestros rivales, mencionando lo competitivos y arrogantes que pueden llegar a ser. Este relato no resulta convincente y nunca lograrán que le demos importancia a aquellos contra los que conducimos.

Para progresar en la historia no será necesario ganar cada carrera, pues bastará con completar objetivos tan banales como derrapar tres veces o rayar la pintura de nuestros oponentes. Si a eso le sumamos que su dificultad por defecto (normal) resulta extremadamente sencilla, tenemos como resultado una experiencia monótona y poco desafiante.

Triunfar nos otorgará puntos de experiencia y dinero los cuales nos ayudarán a conseguir auspicios (que modifican la paga y el tipo de desafíos) y acceder a mejores vehículos. Las estadísticas de estos bólidos solo se reflejan en su velocidad y manejo, calificándolos desde la letra D hasta la S.

Esta simplificación también se refleja en las pocas alternativas que tenemos para tunear nuestro automóvil. Tenemos a disposición una serie de pinturas y limitado de estilos para darle personalidad propia a nuestros coches. Hasta las calcomanías son escazas y solo podremos ubicarlas en el lugar que nos impone el juego.

Terreno escarpado

Si hay algo que no podemos criticar de DIRT es de la gran calidad de su jugabilidad a lo largo de los años. DIRT 5 no es la excepción, pues sus carreras son frenéticas y variadas, contando con una gran cantidad de circuitos a lo largo del mundo. Por un lado tenemos las entretenidas carreras en pista de hielo y por otro la acción todoterreno típica de la saga. Eso sí, echamos de menos los circuitos rally presentes en entregas anteriores como DIRT 3, las cuales ahora forman parte de la sub franquicia DIRT Rally.

Lamentablemente las físicas del juego no le hacen honor al gameplay, transformando las colisiones en un festival de bugs. Y es que los vehículos se mueven erráticamente a la hora de chocar con el terreno, creando reacciones poco naturales que pueden incluso hacernos perder carreras. Extraña es la falta de pulido en este ámbito, pues es un problema que no está presente en entregas anteriores de la saga. También nos encontramos con glitches gráficos en carreras nocturnas, en donde la iluminación se generaba cuando recién estábamos muy cerca de las fuentes lumínicas o simplemente la luz se volvía intermitente.

Playground se alza como la mejor modalidad de DIRT 5, en la cual podemos crear pistas, compartirlas y jugar con los circuitos de otros usuarios. Una vez terminemos un circuito, se nos pondrá a disposición una lista con pistas similares, en las cuales apenas tardamos unos pocos segundos en acceder. Esta dinámica es muy similar a las pistas customs de Grand Theft Auto V, las cuales siguen muy vigentes hasta el día de hoy. Lamentablemente, estos circuitos solo pueden ser conducidos por un jugador, sin la posibilidad de jugar con nuestros amigos o en la modalidad online.

Si de online hablamos, este es inexistente… pero por razones equivocadas. DIRT 5 cuenta con una modo en línea en el cual podremos conducir en desafíos Gymkhana o en diversas pistas. El problema es que difícilmente encontraremos partida, por lo que gran parte de esta experiencia se limita en buscar usuarios conectados y fallar en el intento.

Ya que de un juego de next gen trata, las expectativas eran bastante altas en lo que a apartado gráfico respecta. Afortunadamente el juego cumple, con un diseño colorido y detallado del entorno. La destrucción de los coches es muy aceptable, pero no contamos con ray tracing ni ninguna tecnología de última generación. Este análisis se realizó en su versión de PC (Ryzen 5 3600 / AMD RX 5600 XT / 16 GB RAM), y nos complace decir que el título está muy bien optimizado. En sus parámetros altos logramos un promedio de 76 cuadros por segundo, y muy rara vez desciende de los tan deseados 60. Eso sí, subir a gráficos Ultra significó una caída de frames considerable, ubicándose en el terreno de los 40 FPS sin que el aumento de calidad sea muy notorio.

Por último, DIRT 5 presenta un espectacular soundtrack, el cual se complementa muy bien con el ritmo de las carreras. En lugar de optar por ritmos urbanos contemporáneos, el título apuesta por volver al rock con tonalidades pop vistas en entregas de la década pasada.